FILOSOFÍA DE LA HERMANDAD

Pronto estarán aquí, os adelanto la esencia de esta asociación... me gustan.

¿QUÉ ES LA HERMANDAD?

Una asociación de personas que cree en la justicia y los derechos humanos, que cree en la dignidad y el honor, que emplea la lógica para discernir la verdad de la mentira, y que aplica esa misma lógica para que la justicia sea eso, justa y no torticera, que se ajuste al espíritu y la esencia de la ley en la que se basa y no retorcida e interpretativa al libre albedrío del que la imparte.

 Esta asociación (en adelante La Hermandad), ha sido creada como respuesta a los gobernantes del mundo, quienes manejando los recursos de sus propios compatriotas mediante una pirámide social totalmente injusta y déspota, se dedican a enriquecerse y vivir holgadamente a costa del trabajo y el esfuerzo de sus ciudadanos. El recurso del ciudadano sirve precisamente para reprimirle.

La Hermandad cree en el poder supremo de los ciudadanos que conforman una nación. Los representantes de los ciudadanos (los políticos) se han atribuido unos poderes que nadie les ha dado; ellos, sin el ciudadano, no son nadie y sin embargo, son ellos, los que sin nosotros, toman decisiones y manejan nuestros recursos como si fueran suyos.

Los miembros de La Hermandad, anónimos todos ellos, son los que mantienen la asociación. No dependemos de subvenciones ni prebendas que sólo sirven para doblar la rodilla cuando hay que negociar. No somos un sindicato sin poder de negociación que dependa de las subvenciones del gobierno de turno. No existe negociación cuando con el que negocias, es precisamente el que mantiene tu propia estructura.

La Hermandad, se define como asociación hermética, privada y de poder económico y ejecutivo al servicio del ciudadano; EL CIUDADANO ES LO PRIMERO. Sus miembros determinan las actuaciones a realizar contra todo aquello que suponga un acto de tiranía y de injusticia que afecte al ciudadano o a la Nación. La Hermandad aplica las leyes vigentes siempre que sean justas y no retorcidas, no cree en la justicia actual corrompida por los propios partidos a los cuales pertenecen los jueces y magistrados encargados de impartirla; si bien es cierto, existen “algunos” Jueces y Magistrados independientes y honrados, a los que La Hermandad anima a unirse a sus filas.

Acta est fabula… “La comedia ha terminado”.

¿QUE BUSCAMOS?

Impartir la justicia que se niega a los ciudadanos. 

¿Qué entendemos por ciudadanos? Tratándose de, La Hermandad -una asociación española-, ciudadano es aquél, que habiendo nacido en España, es hijo de padres españoles. No creemos en la convivencia multicultural, multirazas, ni en la falacia de las alianzas de civilizaciones. Creemos en el libre comercio entre pueblos y naciones, el libre paso a través de fronteras para desplazamientos por el mundo, la cooperación entre naciones y los acuerdos con ellas, pero siempre respetando la idiosincrasia de cada uno.

Algunas mal llamadas “civilizaciones” no lo son tanto. La Hermandad entiende por civilización, el respeto a las costumbres, idioma, creencia o religión de cualquier Nación. Respetamos el derecho a manejar sus vidas como quieran, sin injerencias sin imposiciones y con respeto, el mismo respeto que exigimos a nuestras propias costumbres, formas de vida y la manera de encauzarlas. La Hermandad no permitirá injerencias en sus asuntos ni en la de sus miembros, así como cualquier acto que atente contra los intereses de cualquier ciudadano Español de manera injusta y desproporcionada, tanto en territorio español como fuera de él.

Buscamos combatir la tiranía y el despotismo contra esos gobernantes que utilizan nuestros propios recursos para convertirnos en los nuevos esclavos del siglo XXI.

La Hermandad no se arroga a ninguna religión o creencia. Sus miembros son libres de pensar, creer o practicar cualquier tipo de religión o creencia a modo particular, nunca dentro del seno de La Hermandad. La única religión de La Hermandad es, impartir la justicia que se niega al ciudadano.

En síntesis, La Hermandad cree en una sociedad donde todos sus ciudadanos vivan libres, en paz, en armonía y con una vida digna, honorable, productiva y de utilidad para la causa común, sin imposiciones, sin injerencias en sus vidas privadas y sobre todo, con justicia.

Si los políticos, magistrados, jueces, o estamentos oficiales, no son capaces de aplicar las leyes justamente, alguien lo hará por ellos.